lunes, 19 de marzo de 2012

Tras la rapaz

Fui temprano tras la pista de una rapaz, pero no hallé su rastro. O quizás sí. La había visto merodear por un paraje alejado de los senderos y me adentré por el bosque. Como hacía viento y soplaba hacia mí los animales no advertían mi presencia y me topé con un par de ardillas caminando por el suelo, cosa cada vez más frecuente, y con un zorro, que hacía mucho tiempo que no sucedía (a lo mejor la abundancia de unas trajeron al otro). Cruzó delante de mí, apenas a cinco o seis metros, ni siquiera me vió. En ese par de segundos no me dió tiempo a desenfundar la cámara. Siguió su marcha tranquilo luciendo su lustroso pelaje en su elegante trotar. Era precioso.
Al caso. En la roca donde creí hallaría algún rastro del ave no hallé ninguna pista, ni en los árboles aledaños. Me topé entonces con un abrigo en la base de la peña, una cueva sin rastro de ocupación alguna, más alla de alguna araña.
 Cuando iba de retirada, en un cauce cercano, encontré en cambio los restos de una merienda. Las plumas, probablemente de paloma torcaz, evidenciaban la acción de una rapaz. Seguiremos atentos.
 

No hay comentarios: