domingo, 26 de febrero de 2012

Micromundo

Casi siempre llevamos los ojos puestos en el paisaje, el que tenemos delante a nuestra escala o más allá, el que conforma lo que alcanza nuestra vista. Como además solemos estar en movimiento, nos perdemos lo que nos rodea a escala micro. Merece la pena detenerse y descender al suelo para contemplar los pequeños paisajes que nos ofrece la naturaleza.
En esta ocasión se trata de líquenes, Cladonia fimbriata, que se asientan sobre tocones de pino en descomposición en las laderas umbrías y húmedas. Su tamaño es muy reducido, apenas unos milímetros, pero configuran un bosquecillo de aspecto extraterrestre en el que tan solo faltan unos marcianitos a juego.

lunes, 13 de febrero de 2012

No era ardilla

Nuevamente frío, y una maravillosa luz. Aún quedaba nieve. Más de la esperada, ciertamente. En los rincones umbríos se amontonaba como escondiéndose de nosotros, que la pisamos sin miramientos como trofeo a cobrar para luego contar. La tierra helada en el suelo ayudaba a mantener la verticalidad mientras trepaba ladera arriba. Luego las cumbres dejaban ver la bruma que cubría el paisaje y que no levantaba todavía.
Algo se mueve en algunas plantas, que parecen despertar del letargo a pesar de la temperatura y ya se dejan notar vigorosas, con ganas.
Cuando ya volvía, entre pinos y rocas, escuché la piña quebrar en la copa del pino. Me giré esperando ver una ardilla escondiéndose de mí, pero hallé a este piquituerto común macho, que con la chulería que da sentirse seguro, no dejó de ocuparse de lo suyo, y fue con método abriendo, uno tras otro, los cajones del fruto y buscando su alimento. Buen provecho. 

domingo, 5 de febrero de 2012

Amanece

Era muy temprano cuando empecé a andar. El suelo crujía bajo mis pies, pero caminar genera calor rápidamente. Me gusta sentir el frío en la cara. El sol ha irrumpido con muchas ganas y lo ha inundado todo de luz, aunque su calor apenas llegaba por culpa de la brisa. El hielo todavía durará.
He hecho algunas fotos.

Huellas en la nieve

Además de las rodadas de todoterrenos, quads y motos, que transitan inevitablemente por caminos, sendas o sembrados para que sus dueños puedan justificar la adquisición de estas máquinas, los días de nieve ofrecen la posibilidad de conocer la fauna de la sierra.
Esta fría mañana (todo el paseo ha sido bajo cero), he podido ver huellas de perdiz, como la de esta foto. Además, abundaban las pisadas de conejo o de arruí. Lo más interesante, las huellas de un zorro siguiendo el rastro de un arruí. En el camino, una deyección fresca confirmaba que se trataba del cánido Aquí las fotos