domingo, 20 de abril de 2008

En blanco y negro

La semana pasada descubrí una nueva publicación sobre Alicante y acabé comprándola. Se llama Alicante en Blanco y Negro y recoge fotografías de la ciudad y el mar desde 1890 hasta 1959. Luego me enteré de que, además, hay una exposición sobre este mismo tema en la Lonja.
La calidad de las imágenes es muy buena y permite reconocer, a pesar de los cambios, el paisaje urbano de esta modesta ciudad de provincias y sus señas de identidad. Muchos de los hitos existentes entoces permanecen hoy, aunque empequeñecidos por el inevitado crecimiento en altura de todos los inmuebles en su constante renacer.
El sábado dediqué la mañana a patear, libro y cámara en ristre, el castillo de Santa Bárbara buscando los puntos desde los que fueron tomadas algunas de aquellas imágenes para poder hacer lo propio y contraponer pasado y presente de un vistazo. Tres escenarios: el Hospital Provincial y el Pla del Bon Repòs, Alfonso el Sabio desde la muralla y la Plaza de Toros y el Paseo de Campoamor.
Las cámaras de antes eran mejores que las de ahora, y el papel más fiel que la pantalla, pero el resultado no ha estado mal. Quizá repita.

lunes, 7 de abril de 2008

Nieves de marzo


Como sabéis, en Semana Santa nevó en Blacha, y nos hizo disfrutar. Como era inevitable, todos, sobre todo los forasteros, sacamos las cámaras de fotos y nos dedicamos a inmortalizar el momento.
Las imágenes son tópicas y nada más hacerlas ya pensamos que no merecía la pena haber pulsado el disparador, pero no se aguanta uno.
Como dice mi amigo Javi, esto de las fotos requiere reposo y sedimento. Al paso de las fechas, lo que parecía sin valor se va tornando interesante y viceversa -con sus límites, claro-.
Unas semanas después, y una vez que el blanco se ha escapado entre la tierra, las imágenes se dejan mirar de nuevo.
Me gustan tres cosas: la cigüeña soportando la que caía sin apenas inmutarse, la estampa de Blacha, que no debe ser muy diferente a la que contempló don Fabri hace medio siglo o el abuelo Simeón hace cien años, y por último la pobre liebre saltando como siempre, pero más desnuda de lo habitual.
Si quieres ver las fotos, pincha aquí