sábado, 5 de septiembre de 2009

Buitres en el Soto


Tenía ganas de estrenar el escondite fotográfico. En Blacha encontré la ocasión perfecta. Dani me avisó de la presencia de una oveja muerta en el Soto, juntos fuimos a instalar el hide y hacer guardia para presenciar la escena de su descuartizamiento por parte de los carroñeros. La cosa no se dio del todo bien, pues el tiempo pasaba y nadie acudía ante tan suculento manjar. El día pasó sin avistar ni un solo bicho. La jornada siguiente tampoco fue mejor, el hedor era nauseabundo, pero parecía que los únicos que podíamos olfatear la presa éramos nosotros.
Al tercer día Dani se atrevió a rajar las entrañas del animal esperando hacer más evidente el bocado. Todavía tuvieron que pasar cinco horas más, y tras unos perros que abrieron la mesa, se presentaron los esperados buitres leonados. Eran más de una veintena, organizados, sin piedad, cumpliendo su estudiado plan. En doce minutos vaciaron huesos y pellejo. Un espectáculo impresionante. Entre los leonados se coló un buitre negro. Como vinieron se marcharon y la naturaleza siguió su curso. Aquí las fotos