martes, 8 de mayo de 2012

Pequeñas, delicadas y bellas

Esto de la naturaleza está muy mal repartido. El invierno, el verano y casi también el otoño son lentos. De una semana a otra apenas hay cambios. Hay tiempo de planificar, de explorar, de buscar.
En cambio, la primavera es abrumadora. Es cierto que todo lleva su orden, pero la transformación es veloz. Si dejamos escapar una oportunidad, cuando regresamos la película ha avanzado demasiado y debemos esperar al año siguiente. Eso sólo se remedia con constancia. Así he encontrado algunas plantas que desconocía hasta ahora:  la Mostacilla brava (Thlaspi perfoliatum), esbelta y delicada, que crece en ambientes umbríos y húmedos, y la Hierba de San Roberto (Geranium purpureum), que pegada al suelo, enseña su flor lila a la sombra de una carrasca.
Una maravilla (y además gratis).